El ensayo fotográfico más conocido de José Medeiros fue realizado en 1951, en un terrero de candomblé en Salvador de Bahía, Brasil. Con imágenes de gran dramatismo, el fotógrafo documentó el ritual de iniciación de jóvenes Hijas de Santo, en el que se practicaba el sacrificio de animales.
Este material se publicó por primera vez, junto con el texto de Arlindo Silva, en la revista O Cruzeiro, bajo el título “Las novias de los dioses sanguinarios”. El sensacionalismo de la edición tuvo una repercusión social sin precedentes y generó una ola de indignación y movilización que profundizó en la incomprensión que la sociedad brasileña tenía en torno a las religiones y creencias de origen afrodescendiente.
Seis años más tarde, Medeiros relanzó el material en una versión ampliada que apareció en Candomblé, primer monográfico que reúne imágenes sobre esta religión en Brasil. Esta vez el fotógrafo decidió incluir leyendas muy sobrias, posiblemente escritas por él mismo, para permitirle al espectador sacar sus propias conclusiones y enfrentarse a este nuevo y potente imaginario. Sin duda, se trata de una edición emblemática y una de las primeras aproximaciones visuales al universo de las creencias de origen africano en Brasil, cuya publicación generó una movilización sin precedentes.
Pionero del fotoperiodismo brasileño, José Medeiros documentó la cotidianidad de su país, registrando escenas de la sociedad, la política y del mundo artístico, así como elementos de la vida popular. Su primer contacto con la foto fue a través de las enseñanzas de su padre, un fotógrafo amateur. Fue colaborador de la revista Tabu e Rio y del semanario O Cruzeiro, donde trabajó por 15 años. Capturó aspectos inusuales de la cultura afrobrasileña y fue de los primeros en retratar a la población india del Amazonas. Incursionó en el cine como asistente de dirección de fotografía, y en 1980 dirigió su única película: Parceiros da aventura. Murió en 1990, mientras preparaba una exposición en Italia. Su acervo conformado por más de 20 mil negativos fue adquirido por el Instituto Moreira Salles en 2005.
La serie Piel negra viene de mis tiempos de estudiante,
cuando frecuentaba talleres con modelos en vivo. Atenta a la anatomía,
a los movimientos del cuerpo y a la iluminación. El cuerpo humano
fue mi puerta a la pintura pero acabó por llevarme a la fotografía.
Maureen Bisilliat
Realizado hace casi 50 años, Piel negra fue el primer ensayo fotográfico de Maureen Bisilliat, artista inglesa, naturalizada brasileña, que hasta entonces se había dedicado sólo a la pintura. Fue exhibido en el Museo de Arte Moderno de São Paulo en 1966, época en que fotografiar desnudos de modelos negras era una novedad. Con este ensayo, Bisilliat marca una importante transición en su obra, en la que empieza una nueva exploración con el cuerpo humano y abandona la pintura definitivamente. Sus ensayos fotográficos concebidos y editados con fuertes secuencias visuales, sintetizan su visión sobre el universo de lo real y de lo imaginario, conformando aquello que ella misma denomina como equivalencias fotográficas de las obras literarias que dan norte a sus proyectos.
Con potentes secuencias visuales, Maureen Bisilliat ha documentado la cultura brasileña, misma que adoptó en 1957. Sus registros son testimonio de los rituales de los indios Xingú y de las recolectoras de cangrejos, así como de la belleza anatómica de los negros. Se inició como fotoperiodista de las revistas Quatro Rodas y Realidade (1964-1972), luego de abandonar la pintura como medio de expresión. De su ensayo João Guimarães Rosa publicó su primer libro en 1966, con textos del novelista. A partir de entonces creó equivalencias fotográficas con la obra literaria de autores brasileños. Como editora realizó el célebre Xingu: Detalhes de uma Cultura (1978). En 2010 fue distinguida con la Orden de Ipiranga en Brasil. Su obra completa se aloja en el archivo del Instituto Moreira Salles desde 2003.
